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¿Qué es la artritis reumatoide (AR)?

La AR es una enfermedad autoinmune. Esto implica que el sistema inmunitario afecta por error a sus propios tejidos saludables, causando dolor, rigidez, hinchazón y disminución del movimiento articular. 

Las más afectadas son las pequeñas articulaciones de las manos y los pies; y en ocasiones puede atacar órganos como los ojos, la piel o los pulmones. 

Por lo general, esta enfermedad es más frecuente entre los 30 y 50 años. Sin embargo, la AR puede comenzar a cualquier edad. 

En la actualidad, afecta a más de 1.3 millones de personas solo en Estados Unidos, donde el 75% de los pacientes son mujeres. De hecho, entre el 1% y el 3% de las mujeres pueden padecer artritis reumatoide en su vida.

Síntomas principales
  • Rigidez matinal prolongada en las articulaciones
  • Pérdida de energía 
  • Fiebre baja 
  • Pérdida del apetito 
  • Sequedad en los ojos y la boca debido a un problema de salud relacionado (síndrome de Sjögren)  
  • Bultos firmes que crecen debajo de la piel en lugares como el codo y las manos 
¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?

Las opciones que se acercan a una valoración acertada son: 

  • Análisis de sangre 
  • Examen de articulaciones 
  • Revisión de radiografías o imágenes de ultrasonido 

Las condiciones actuales no permiten contar con una prueba única para diagnosticar AR.  

Un tratamiento que reduce las molestias

No existe una cura para la AR. Sin embargo, los tratamientos han evolucionado mucho los últimos 30 años. Los métodos actuales brindan a la mayoría de los pacientes alivio a sus síntomas, permitiendo que se desenvuelvan con normalidad en sus actividades.  

Además, mediante el uso de medicamentos adecuados, muchas personas dejan de presentar signos de enfermedad activa, logrando controlar los síntomas en su totalidad.  

Quienes han sido diagnosticados con AR deben comenzar su tratamiento con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, conocidos como DMARD. Estos fármacos no solo alivian los síntomas, sino que retardan el avance de la enfermedad; disminuyendo el dolor, la hinchazón y mejorando la calidad de vida de casi todos los pacientes.

Finalmente, la educación de las personas acerca de la convivencia con la AR es esencial, porque el tratamiento exige algo más que solo medicamentos. 

Las personas con RA pueden hacer mucho para manejar su condición y tener una buena calidad de vida.

Esta enfermedad no tiene que convertirse en un sinónimo de vida deteriorada, porque hay varias cosas que las personas pueden hacer para mejorarla como: 

  • Tomar todos los medicamentos según lo prescrito 
  • Mantenerse físicamente activo cada vez que sea posible 
  • Hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como caminar, practicar actividades para aumentar la fuerza y estiramientos para mantener las articulaciones flexibles. 
  • Una dieta saludable mantendrá el peso bajo control para poner menos tensión en las articulaciones. 
  • Un fisioterapeuta será una guía para la seguridad y protección de tu cuerpo.  

Escrito por:

Equipo de redactores y equipo de editores American College of Rheumatology

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